El presidente mexicano Enrique Peña Nieto visitó este jueves Aberdeen, capital petrolera británica y europea, para acabar una visita al Reino Unido que no escapó a los reproches por las violaciones de los derechos humanos.
La despedida de la reina Isabel II en el palacio de Buckingham, donde el presidente y su esposa Angélica Rivera se hospedaron desde el martes, marcó formalmente el final de la visita de Estado, un privilegio que disfrutan sólo dos jefes de Estado cada año.
Luego viajó a Aberdeen, una pequeña ciudad de 225,000 personas en el extremo noreste de Gran Bretaña que vive por y del petróleo.
Ahí se reunió con representantes de la industria -las principales compañías mundiales tienen sede en la ciudad- y visitó la Universidad Robert Gordon, un centro muy volcado en todo lo relacionado con el petróleo, desde la gestión económica a la ingeniería.
La visita está ligada a una de las reformas de mayor impacto de su gobierno, la apertura de la compañía petrolera nacional Pemex a las inversiones extranjeras y privadas.
Peña Nieto firmó en el ayuntamiento de la ciudad el apartado que hace referencia al petróleo de los acuerdos bilaterales que un día antes rubricó su ministro de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade, y que abarcan 14 áreas.
Entre los acuerdos alcanzados destaca la apertura de una línea de crédito británica de 1,000 millones de dólares a la compañía petrolera estatal de México, Pemex, para negocios conjuntos.
El dinero serviría “para financiar adquisiciones de bienes de capital y servicios proporcionados por empresas que realicen negocios en el Reino Unido”, dice el texto del acuerdo.
Además, ambos países acordaron “construir una relación sólida entre la Universidad de Pemex y la Universidad (Robert Gordon) de Aberdeen”.
Antes de despedirse, el presidente se dirigió a la prensa por primera vez en la visita, que valoró como el “reconocimiento al trabajo y la relación de amistad y buena cooperación que hay entre ambas naciones”.
Además, felicitó a las fuerzas de seguridad por la detención un día antes de Omar Treviño, líder del cártel Los Zetas y uno de los capos más sanguinarios de México.
La detención “reafirma el compromiso del gobierno de la República para seguir trabajando en favor del México de paz y seguridad que queremos todos”.