¿Preocuparnos por el petróleo y gas de esquisto?

La balanza del poder energético podría ser modificada por este tipo de hidrocarburos alternativos .

Podrá este crudo no convencional afectar el precio del petróleo? ¿Podríamos perder cuotas de mercado ante este tipo de producto alternativo? ¿Dejaríamos de ser importantes como proveedores de petróleo para países como Estados Unidos de América en los próximos años?

Conocido como petróleo y gas de esquistos bituminosos (Shale Oil y Shale Gas) es un tipo de petróleo y gas no convencional que se extrae de los esquistos que son rocas sedimentarias arcillosas. De este tipo de petróleo se pueden obtener refinados que pueden ser utilizados para los mismos fines que aquellos obtenidos a partir del petróleo crudo. El petróleo de esquistos bituminosos se extrae mediante diferentes técnicas, entre ellas la de “fracturación hidráulica”, que consiste en inyectar presión con el objetivo de fracturar las rocas en el sustrato rocoso que encierra el petróleo o gas.

Los principales países con yacimientos de esquisto son Estados Unidos, Canadá, Brasil, Argentina, Francia, Alemania, Polonia, Australia y China. Estados Unidos de América es un gran poseedor de este tipo de yacimientos y, a su vez, es un gran consumidor de petróleo. De hecho, este país es uno de los principales importador de energía y se prevé que para el año 2017 sea el primer productor de petróleo, según datos de la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en ingles).

La directora ejecutiva de esta agencia, María Van der Hoeven, declaró  que América del Norte ha desatado un impacto de oferta que envía señales a todo el mundo y que el petróleo y gas de esquisto podría modificar la balanza del poder energético en futuros años.

En la reciente reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep), celebrada en Viena el pasado mes de mayo, Austria sacó a relucir el tema del petróleo y gas de esquisto que, hasta hace algunos años, estaba olvidado. Al parecer, y debido a las recientes informaciones de la Agencia Internacional de Energía (IEA), se ha generado cierta preocupación por el interés de Estados Unidos en la producción de petróleo y gas de esquisto. También por el hecho de que en la actualidad estados como Dakota del Norte (ejemplo los yacimientos de Bakken Shale) están teniendo un rol importante en la producción de esta materia prima. De hecho, empresas como Chevron, British Petroleum, Total, Statoil, Sinopec, Schlumberger y Halliburton, entre otras,  están muy interesadas en proyectos de petróleo y gas de esquisto.

Venezuela y sus socios en la Opep deben hacerle seguimiento al desarrollo de esta “industria paralela” de los hidrocarburos de esquisto. En el caso venezolano, esta competencia podría hacernos perder la capacidad de colocar nuestro petróleo en mercados como el estadounidense y crear la preocupación de una baja de los precios petroleros que perturben nuestra economía. En nuestra defensa, hay un aspecto citado por muchos analistas en varios lugares del mundo y es la crítica a los métodos tan costosos para su extracción, en comparación con los de menores costes para la extracción del crudo convencional.

Otro de los aspectos críticos es el de sus repercusiones ambientales. La producción de este tipo de energía, al fracturar hidráulicamente el suelo y las rocas en las que se encuentra almacenado ese tipo de crudo, debilita el terreno. Igualmente, el agua que se usa para extraer bajo presión el petróleo y gas que se halla en los esquistos emplea químicos dañinos que contaminan el medio ambiente. Muchas ONG, principalmente en Francia y Alemania, han ejercido mucha presión dentro de sus comunidades para impedir que se lleven adelante este tipo de desarrollos energéticos, hasta el punto de lograr que se aprueben leyes y normativas que prohiben la explotación de petróleo y gas de esquisto en esos países.

En Venezuela es poco divulgado este tema en medios profesionales, académicos y comunicacionales. La población venezolana, que irónicamente requiere de petróleo  para el desenvolvimiento  de su  día a día, carece de los conocimientos introductorios sobre el tema de los hidrocarburos. Un aspecto que ha moldeado el destino social, político, económico y hasta cultural de Venezuela.
El petróleo y gas de esquisto promete ser tema de amplio debate a escala mundial en los venideros años.

El Mundo

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