Después de que Estados Unidos considerara a Venezuela “una amenaza para la seguridad nacional”, desde el Chavismo y desde cierta izquierda, se ha puesto el grito en el cielo y explicando que el único motivo de todo esto…es que Estados Unidos quiere el petróleo venezolano, volviendo con la conspiranoia petrolera. ¿De verdad lo quiere? Ni lo quiere, ni lo necesita. Es Venezuela quien necesita a Estados Unidos.
Esta mes se conocía que Estados Unidos consideraba a Venezuela “una amenaza para la seguridad nacional”. La declaración es una respuesta a la situación de la oposición y de la política venezolana porque el gobierno de Obama…”ha identificado como una prioridad el hecho de estar comprometido con el apoyo a los derechos humanos y los procesos democráticos” ya que “Estados Unidos piensa que socavar esto genera una amenaza a la seguridad nacional” según declaraba un alto funcionario a BBC.
La fórmula jurídica ha sido empleada frente a Zimbabue, Sudán, Birmania, Irán, Siria o Corea del Norte y en este caso, las sanciones son contra 7 altos funcionarios, 6 militares y una fiscal, por las violaciones a los derechos humanos de manifestantes pacíficos y líderes de la oposición venezolana (3.351 personas fueron recluidas en el marco de las manifestaciones que se dieron en Venezuela durante 2014.).
Las sanciones impuestas por el Gobierno de Estados Unidos, consisten en impedir el ingreso a EEUU, el congelamiento de sus cuentas en bancos norteamericanos y el secuestro de sus bienes en EEUU de las personas sancionadas; altos cargos del Gobierno de Nicolás Maduro.
La conspiranoia petrolera
Rápidamente desde el Gobierno de Maduro, se comenzó a hablar de la enésima conspiranoia, donde según el gobierno de Venezuela, la verdadera intención es preparar el terreno para una invasión norteamericana y quedarse con el petróleo venezolano.
Como respuesta política, Venezuela exhibe su fuerza militar con material armamentístico ruso y chino, en unas maniobras (ya previstas) en las que participarán más de 100.000 militares durante 10 días, pero que prácticamente son retransmitidas por TV a través de las cadenas presidenciales, a la que todos los medios están obligados a conectar si no quieren perder la licencia.
SIMULACRO. “Un ejercicio emblemático que estaremos realizando (es) en Puerto Cabello con la infantería de marina y su nueva dotación de vehículos anfibios”, dijo el ministro de Defensa. En esa zona de refinerías, sobre la costa del Caribe y 200 kilómetros al oeste de Caracas, realizarán simulacros de desembarco 3 mil 200 hombres de la Primera Brigada de Infantería de Marina, con los blindados anfibios chinos recibidos en enero pasado, en el marco de una operación calculada en 500 millones de dólares.
Asimismo, “(la) aviación, junto con la defensa aeroespacial, hacen ejercicios para verificar la operatividad de nuevos sistemas antiaéreos” de producción rusa que recibió Venezuela en los últimos años y que se unen a los jets supersónicos Sukhoi 30 en versión cazabombarderos comprados años atrás.
El ministro de Defensa indicó que en los ejercicios participarán técnicos rusos que colaboran con la puesta a punto de esos sistemas antiaéreos.
COMPLOTS. Maduro, a lo largo de sus dos años de gobierno marcados por una alta inflación, desabasto de alimentos y productos básicos y recesión, ha denunciado al menos una decena de complots para derrocarlo o intentos de magnicidio, en los cuales acusa de manera directa a la oposición y a Estados Unidos.
Tras la orden ejecutiva del mandatario estadunidense Barack Obama, el pasado lunes, en la que califica la situación venezolana de “amenaza inusual y extraordinaria”, Maduro pidió a la Asamblea Nacional (Congreso) poderes extraordinarios para gobernar por decreto en temas de defensa y seguridad, los que se espera sean aprobados hoy domingo.
Al hilo de esto, esta semana salía publicada en Eldiario.es, una nota titulada ¿Por qué Venezuela? y escrita por Ángel Cappa; ex entrenador de fútbol, en la que “desmonta las excusas que se presentan para esconder la verdadera razón por la que Venezuela se ha convertido en el objetivo tanto de los ataques de la derecha y la oligarquía latinoamericana como de la amenaza estadounidense: el petróleo.“
La nota, que ha logrado una gran repercusión en las “redes sociales”, no deja de ser una nota en la que se suma a la conspiranoia petrolera que Venezuela lleva agitando desde hace años.
El artículo muestra un profundo desconocimiento de las relaciones petroleras entre ambos países y de la realidad petrolera de Venezuela.
¿Quiere Estados Unidos el petróleo venezolano? Ni lo quiere, ni lo necesita
Estados Unidos, la esponja durante años de petróleo extranjero, cada vez produce más petróleo interno, gracias al boom del Fracking que han aumentado de forma considerable sus reservas de petróleo. En el año 2014, sólo el 27% del petróleo consumido en Estados Unidos fue importado, el nivel más bajo desde 1985.
Estados Unidos volvió a exportar petróleo después de 40 años, se convirió en mayor productor de petróleo y gas del mundo y tiene las mayores reservas desde 1930.
Además del Fracking, el aumento de energías alternativas y el incremento de la regulación en materia energética para los nuevos vehículos, están haciendo que Estados Unidos cada vez necesite menos petróleo importado ya que está logrando equilibrar sus necesidades.
Por otra parte, ¿para qué quiere el petróleo venezolano si ya lo tiene con los negocios que hace PDVSA con Chevron?
La realidad del petróleo venezolano
Hace años, Venezuela era el principal suministrador de petróleo a Estados Unidos y los gobiernos de Venezuela no dejaban de ser marionetas manejadas desde Estados Unidos. Esta situación ha cambiado por completo desde hace años y Venezuela juega un papel cada vez menor en la política energética de Estados Unidos.
La implementación de nuevas políticas energéticas y el boom del Fracking, han hecho que Estados Unidos diversifique cada vez más su consumo energético.
Las importaciones petroleras de Estados Unidos desde Venezuela, pasaron de 1.5 Millones de barriles/día antes de la llegada de Chávez, a unos 790.000 barriles/día en 2014, y es una cifra que va a la baja.
Es Venezuela quien necesita a Estados Unidos.
El petróleo que produce Venezuela, tiene un gran problema…y es que se trata de un petróleo de mala calidad.
Se trata del conocido “petróleo pesado”, viscoso, no fluye con facilidad, necesita un refinado de más calidad y necesidades especiales de transporte, que incrementan su coste de extracción y su coste final. Por ejemplo, el petróleo ligero de Arabia Saudí o de los países del Golfo, es un petróleo que tiene un coste de extracción entre 5 y 10 dólares/barril, mientras que el del Orinoco de Venezuela son unos 30 dólares/barril.
El transporte tiene requerimientos especiales (hay que calentarlo para que fluya y mezclarlo con petróleo liviano/ligero para poder transportarlo) y el gran problema de este petróleo…es el refinado. Para poder convertirlo a gasolinas o gasóleos, hay que mezclarlo con petróleo liviano y el petróleo pesado del Orinoco tiene el problema de que es rico en azufre y metales pesados, con lo que el coste de producción final se incrementa.
De los 790.000 barriles que decíamos que Estados Unidos importa de Venezuela, unos 400.000 vuelven a Venezuela como productos petrolíferos refinados (gasolinas, etc.).
Y aunque Venezuela sigue siendo un importante proveedor para Estados Unidos (8,78% del total de petróleo importado por EEUU), la relación está cambiando hacia una importante necesidad venezolana de comprar productos refinados, al punto de que el volumen de los derivados del petróleo venezolano que se exporta a Estados Unidos es sensiblemente inferior a la cantidad de barriles que Pdvsa está importando solo en diesel y gasolina desde Estados Unidos.
En promedio este año Venezuela ha despachado a Estados Unidos unos 36 mil barriles diarios de derivados, mientras que ha comprado casi dos veces y media esa cifra, al importar unos 89 mil barriles por día.
Los números de compras de combustibles apuntan a una factura que en siete meses supera el millardo de dólares en compras venezolanas.
Venezuela, el país con las mayores reservas de petróleo probadas del mundo (aunque la mayoría son de petróleo no convencional y que sólo se puede extraer con Fracking), cada año aumenta la importación de petróleo desde Estados Unidos, desde las refinerías de la filial de PDVSA (CITGO) situadas en el Golfo de México, donde lo mezclan con petróleo ligero de Estados Unidos y México para mandarlo de vuelta a Venezuela.
Durante los últimos años, Venezuela ha exprimido a PDVSA hasta tal punto que se olvidó que hay que alimentar a la gallina de los huevos de oro. Cuando Chávez llegó al poder, las exportaciones petroleras suponían un 60% del total y en 2014 representaron el 95% de todas las exportaciones de Venezuela (60% de los ingresos).
Este “aumento” de dinero por el petróleo, en un momento en el superó que los 20 dólares llegando hasta los 130, sirvió para comprar programas sociales, los mejores armamentos a Rusia, China, Brasil o España… mandar dinero al HSBC y al BPA de Andorra… pero no se invirtió NADA en PDVSA.
Un ejemplo de esta falta de inversión, es su producción. Se pasaron de producir más de 3.4 Millones de barriles diarios en el año 2000, a unos 2.4 Millones en 2014. El dinero destinado a renovar las refinerías y a renovar la maquinaria para extraer el petróleo pesado, no llegó. Bueno, lo que sí se aumentaron…fueron los empleados.
En 1999, cuando Chávez asumió la presidencia, PDVSA tenía 51,000 empleados y producía 63 barriles de crudo diarios por empleado. Quince años más tarde, PDVSA tenía 140,000 empleados, y producía 20 barriles de crudo diarios por empleado, según reportó el 14 de agosto la agencia de noticias France Press.
Las exportaciones netas de petróleo de Venezuela han caído desde 3.1 millones de barriles por día en 1997 a 1.7 millones de barriles diarios en el 2013, según datos de la Administración de Información de Energía de Estados Unidos.
Otro ejemplo, es la necesidad de mezclar el petróleo pesado con petróleo ligero para acabar obteniendo gasolina. Lo que ahora están haciendo en Estados Unidos y en la propia Venezuela con la importación de petróleo desde Argelia… no se hubiera necesitado, ya que Venezuela dispone de zonas de extracción de petróleo ligero (en El Furrial) pero su producción bajó 375.000 barriles/día (2004) a 290.000 barriles/día (2013) debido a esa falta de inversión.
¿Por qué Venezuela no deja de venderle petróleo a Estados Unidos? Divisas
Esta pregunta se la hacía Ángel Alayón en Prodavinci y la explicaba así:
La única forma de causarle un perjuicio directo a Estados Unidos con el petróleo es retirando de la oferta mundial los barriles que le vendemos. Esto equivaldría a que, por ejemplo, Venezuela anuncie que a partir de mañana habrá una reducción de su oferta petrolera en setecientos cincuenta mil barriles de petróleo diarios. El precio del petróleo en el mundo aumentaría (probablemente poco) perjudicando a la economía estadounidense y a la mundial. Sin embargo, la caída de los ingresos en Venezuela sería de tal magnitud que la etiqueta de crisis humanitaria podría ser insuficiente para describir lo que ocurriría en el país. Mientras que el daño a los Estados Unidos sería muy limitado: la cantidad de crudo que le vendemos representa menos del 1% de la oferta mundial de petróleo. Pero para Venezuela esa cantidad alcanza la mitad de los barriles que le generan divisas. Cosas de la asimetría.
Ya Venezuela ha reducido sus ventas de petróleo a Estados Unidos. En diciembre del año 2000 llegamos a venderle un millón setecientos setenta y seis mil barriles de petróleo diario. Hoy le vendemos menos de la mitad de aquel monto. China e India son ahora destinos importantes para nuestro petróleo, pero desplazar a los Estados Unidos como cliente es algo que no puede hacerse de la noche a la mañana.
El enemigo americano es el único de sus compradores que paga en divisas. Buena parte del petróleo que vende Venezuela, lo hace perdiendo dinero para comprar productos que dejaron de producir con los procesos de nacionalización…en lo que se conoce como la “Diplomacia petrolera“.
Compran médicos y profesores a Cuba para los programas sociales, pero Cuba revende el petróleo que obtiene a precio preferencial y con el que ganó 765 Millones de dólares en 2014. Situación similar ocurre con Nicaragua que le vende café a cambio de petróleo a precio preferencial o Uruguay (carne, queso y leche) a cambio de petróleo a precio preferencial, que luego también acaban revendiendo.
Lo mismo con China e India, que son ahora los grandes compradores de crudo venezolano. China da importantes créditos a Venezuela o compra su deuda basura, pero China es más inteligente que todos. Sus petroleras estatales logran acuerdos con PDVSA para explotar de forma cojunta la faja del Orinoco y aún por encima, compraban el petróleo venezolano a 5 dólares/barril (por debajo del precio de coste) y luego lo revendía en el mercado internacional a precio de mercado (74 dólares/barril).
Nota final
Después de todo este rollazo donde vemos que el petróleo de Venezuela es de mala calidad y donde Estados Unidos cada vez produce más petróleo y necesita menos petróleo importado… ¿de verdad quiere Estados Unidos el petróleo venezolano? Ni lo quiere, ni lo necesita.
Fuente: andresrguez