Opinion: Oro, petróleo, dólares, Putin y control mundial

Todo empezó el 15 de agosto de 1971 cuando el gobierno de los Estados Unidos se desligó unilateral y olímpicamente de la relación dólar-oro, que había propuesto e impuesto en 1944 a todos los países del mundo, en Bretton Woods, New Hampshire.

Era en ese 1944 el único país de los que participaron en la Segunda Guerra Mundial que no había sufrido destrucción en su estructura productiva. Contra la propuesta del británico John Maynard  Keynes de crear una moneda universal de referencia, impuso el dólar para el comercio y las transferencias internacionales sobre la base de una relación dólar-oro de 35 dólares por cada onza troy de oro físico en Fort Knox, Texas.

Pero para 1970 las economías europeas se habían recuperado por su propio esfuerzo, utilizando los euro-dólares del Plan Marshall. Había para entonces en Europa 41 mil 900 millones en billetes verdes; y en Fort Knox sólo había lingotes por 11 mil 100 millones.

Fue entonces cuando desde el Olimpo estadunidense se dictó tonante: “El mundo debe saber que un dólar vale un dólar”. Así se acabó la paridad fija en el mundo del siglo XX. Así se acabó el desarrollo estabilizador en México (que algunos agudos analistas atribuyeron a Echeverría; aunque la economía mexicana siguió 12 años más creciendo arriba del 6 por ciento anual.

Ahora, 2015, están pasando cosas grandes y maravillosas. Resulta que los precios internacionales del petróleo se han derrumbado a punto tal que un barril de crudo se cotiza a menos de la mitad del precio promedio que conservó en el trienio 2011-2012-2013 arriba de 100 dólares.

El derrumbe ha afectado gravemente el presupuesto mexicano, dado que en los últimos 30 años los ingresos federales se han confiado en casi un 40 por ciento en acabarse alegremente un recurso natural no renovable y que es propiedad de todos nosotros: el petróleo. En vez de tener un régimen fiscal progresivo donde paguen más los que más acumulan con el trabajo de todos. El castillo de naipes del doctor Videgaray y de su jefe Enrique Peña Nieto colapsó.

También han salido transitoriamente perjudicados los grandes exportadores de petróleo como los miembros de la OPEP: la Organización de Países Exportadores de Petróleo, como los sumisos jeques sauditas (para garantizar la supervivencia de su régimen oligárquico) y otros. Por supuesto, también resultan deteriorados dos países no gratos para Estados Unidos: Venezuela y Rusia. Ambos igualmente tienen presupuestos nacionales altamente petrolizados.

Ahora bien: puede ocurrir que en esta ocasión la jugada de Fort Knox no termine como en 1971. Dos recientes documentos que andan circulando en las redes internacionales (que no en los grandes medios de comunicación de la esfera “occidental”) nos están recordando que Vladimir Putin es un consumado yudoca y ajedrecista; y que “sancionarle” porque no ha permitido que el Atlántico Norte llegue hasta el Mar Negro, o sea a Ucrania (por donde cruzan los ductos de los hidrocarburos rusos hacia Europa occidental) puede resultarle contraproducente al imperio sancionador.

A través de El Espía Digital un texto de Juan Aguilar se hace eco en español de la visión magistral del reconocido analista ruso Dimitri Kalininchenko sobre la “guerra económica” entre Rusia y los otros BRICS (Brasil, India, China, Sudáfrica) y su decisión de ir eliminando el dólar como única moneda de las transacciones internacionales. Considerando la aplastante deuda del Tesoro de Estados Unidos, la más grande del mundo, que abandonó el patrón oro en 1971.

“Muy pocas personas entienden lo que Putin está haciendo: vende petróleo y gas rusos sólo a cambio de oro físico”.

De las 93 toneladas de oro en lingotes comprados por los bancos centrales en el tercer trimestre de 2014 en todo el mundo, 55 se fueron a Rusia. Europa no puede vivir sin el petróleo y el gas de Rusia; que compra oro con precio reducido artificialmente por la FED para inflar el poder adquisitivo del dólar. Así que Putin vende hidrocarburos y uranio baratos a cambio de los dólares artificialmente inflados; y luego compra oro artificialmente barato a causa de la misma maniobra financiera.

También  China y Venezuela están adquiriendo oro físico; no oro-papel. Por cierto que es lo mismo que hizo el general Charles De Gaulle en 1970, cuando les exigió oro sólido a cambio de los bilimbiques verdes; lo que orilló al gobierno de Estados Unidos a deslindarse. Entonces el Tesoro norteamericano no estaba tan sobreendeudado como ahora, sobre todo con el Banco Popular de China; que, además, ya almacena más de 1,054 toneladas de oro sólido, oficialmente.

“Rusia compra bienes directamente de China a su precio actual; y China compra energía rusa con oro a su precio actual”. Jaque mate.

De la reveladora conferencia de Putin en el club de intelectuales Valdai Sochi se hablará en otra nota.

www.estebangaraiz.org

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