Empresas vinculadas al petróleo a nivel global están despidiendo a trabajadores del sector ante la caída del precio del petróleo, el mayor foco de despidos se centra en Estados Unidos.
La promesa de empleos abundantes y salarios de hasta un cuarto de millón de dólares anuales hicieron que el movimiento de ingenieros se incrementara en 2012, cuando los precios del petróleo superaban los 100 dólares el barril y moverse en el mundo era una obviedad. En un lapso de dos años el petróleo, no obstante, se desplomó a menos de la mitad del precio de 2012 perdiendo miles de Ingenieros sus empleos bien remunerados.
Estas ansiedades se intensifican en momentos en que el número de empleos del sector energético recortados a nivel mundial superó los 100 mil conforme van vaciándose polos petroleros que desbordaban de actividad en Escocia, Australia y Brasil, entre otros países. Son decenas de miles de trabajadores que migraron a ciudades con rápido desarrollo de petróleo y gas en el mundo entero en los años del crudo a 100 dólares el barril.
El mayor foco de despidos se centra en Estados Unidos, donde los yacimientos de rocas de esquisto que crearon la saturación han visto los recortes más abruptos, pero están sufriendo los trabajadores de empresas vinculadas al petróleo de todo el mundo, dijo.
La perspectiva no es alentadora. Después de subir brevemente por encima de 50 dólares este mes, el crudo estadounidense cayó de nuevo el miércoles para estabilizarse en 48.84 dólares el barril. Citigroup dijo que el petróleo podía llegar a caer hasta el “rango de 20 dólares” en abril si crece la sobreoferta. Otros en cambio, piensan que el crudo se mantendrá en el precio actual de 50 Dolares.
La principal incógnita que enfrentan ahora los trabajadores del sector es cuánto tiempo más seguirá la masacre del empleo. Ejecutivos de empresas como BP y Royal Dutch Shell anunciaron recortes del gasto por más de 40 mil millones de dólares y aseguraron a los inversores que están dispuestos a un mayor ajuste si el mercado no se recupera significativamente.
El Financiero