México tiene desde la semana pasada su primera compañía petrolera de la era post reforma energética. Ha sido el empresario mexicano Alberto Bailleres quien ha dado el primer paso y ha anunciado la creación de la empresa energética Petrobal. La compañía se suma al conglomerado del magnate, Grupo Bal, que también está integrado por las mineras Peñoles y Fresnillo, los grandes almacenes Palacio de Hierro, y la compañía de seguros Grupo Nacional Provincial (GNP). Para comenzar su incursión en la industria petrolera, el segundo hombre más rico de México —según la revista Forbes— ha elegido como director de Petrobal a Carlos Morales Gil, exdirector de la división de Exploración y Producción de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Bailleres, que con 83 años maneja el consorcio familiar, cuenta con experiencia en el sector minero ya que posee la mina de plata más rica del mundo en Fresnillo (Estado de Zacatecas, centro de México), así como los yacimientos de oro más cuantiosos de México en los Estados de Sonora y Durango. El empresario añade a su fortuna de 18.200 millones de dólares una compañía con un perfil más ambicioso, aprovechando la apertura del sector energético que el Gobierno mexicano ha emprendido desde 2013 para liberalizar la industria después de 76 años de monopolio estatal.
La nueva empresa petrolera ha tomado por sorpresa al sector una vez que Bailleres designó como director a Morales Gil. Este ingeniero petrolero, de 61 años, trabajó más de 30 años con la estatal Pemex y fue la cabeza de la exploración y producción de la empresa desde 2005. Altamente apreciado entre los trabajadores petroleros mexicanos, Morales Gil sorprendió en febrero de 2014 con su renuncia. Entonces, el director de la petrolera estatal, Emilio Lozoya, halagó su amplia trayectoria y le deseó “éxito en los nuevos proyectos”. En los nueve años que el nuevo director de Petrobal ocupó el cargo de director de Exploración y Producción en Pemex, la petrolera explotó el segundo yacimiento más voluminoso del Golfo de México (Ku Maloob Zaap), los campos no convencionales de Chicontepec e hizo las primeras perforaciones de pozos en aguas profundas. Su conocimiento de la industria y de Pemex serán clave en su nuevo cargo.
De cara a los primeros yacimientos que el Gobierno mexicano ya ofrece en la primera ronda de licitaciones, Petrobal no podrá participar. Según las reglas de la Comisión Nacional de HIdrocarburos (CNH), las empresas que pueden aspirar a un contrato para explorar uno de los 14 bloques en el Golfo de México deben tener una experiencia mínima de cuatro años y por lo menos tres proyectos de exploración terminados. Sin embargo, la empresa de Bailleres podría participar en una asociación con alguna compañía con mayor experiencia, siempre que su capital sea de 600 millones de dólares.
Bailleres es conocido en México por poseer uno de los grupos empresariales más exitosos del país y también por su cercanía con los últimos nueve presidentes del país. “Es consciente de la sana distancia que debe existir entre el poder económico y el poder político”, describe sobre el magnate la periodista Blanche Petrich en el libro Los amos del poder (Temas de hoy, 2007). El empresario ha conservado con cuidado la fortuna familiar que heredó en la década de los años 60 y se ha mantenido alejado de los focos la mayor parte del tiempo. Es un apasionado de los toros —posee la mayoría de las plazas taurinas de México— y defensor de lo mexicano en sus negocios.
Su visión sobre las grandes empresas en México la plasmó en el prólogo de El futuro de la alta dirección (Oxford University Press, 2003) de Helmut Maucher y Javier Chávez-Ruiz: “Soy bastante escéptico respecto a las estrategias de asociación entre una empresa nacional y una multinacional. Generalmente estas asociaciones tienden a ser muy complejas porque el interés último de la empresa grande es el control absoluto y la asociación es sólo una escala de dicho proceso”. La creación de Petrobal y su necesidad de incursionar en la industria a través de asociación pueden poner a prueba su punto de vista.
La creación de Petrobal coincide con el anuncio del recorte de 4.170 millones de dólares que Pemex hará en 2015 tras la caída del precio del barril de petróleo, así como con el desarrollo de la primera ronda de licitaciones en la que ya se han apuntado empresas como Exxon Mobil, Shell, Chevron y recientemente Petrobras, Statoil y Total.