La oferta de 70.000 millones de dólares de Royal Dutch Shell por la británica BG Group podría ser el inicio de una ola de acuerdos en la industria petrolera que los expertos del sector han estado anticipando desde que los precios del crudo comenzaron a desplomarse en junio, señalaron el miércoles varios analistas.
“Esto podría marcar el comienzo de un frenesí de fusiones y adquisiciones similar al que vimos a finales de los 90“, dijo en una nota Augustin Eden, analista de Accendo Markets.
Con una capitalización de mercado de alrededor de 46.000 millones de dólares, BG es probablemente la más grande de las potenciales presas: empresas pequeñas y medianas de gas y petróleo que han sido castigadas por la caída de los precios del crudo en los últimos nueve meses, según afirmaron los analistas.
Los precios del crudo se han reducido en este periodo de tiempo a la mitad del valor que tenían a mediados del año pasado. A las petroleras más grandes del mundo les ha ido un poco mejor, y ahora buscan empresas con activos atractivos y acciones a la baja, agregaron los analistas.
En el último año, el precio de las títulos de BG retrocedió más del 20%, pero el de otras empresas cayó mucho más. Por ejemplo, la firma de exploración irlandesa Tullow Oil perdió alrededor del 60% y Premier Oil se dejó un 50%.
Durante el mismo período, las llamadas grandes petroleras, como Shell, perdieron sólo alrededor del 10% gracias a sus sólidos balances y a sus carteras diversificadas, que incluyen grandes refinerías y operaciones comerciales. Tullow y Premier declinaron hacer comentarios.
Hasta ahora sólo se habían producido pequeños movimientos en el mercado, como la adquisición de Talisman Energy por parte de la española Repsol por 8.300 millones de dólares en diciembre, y la planificada unión de las empresas de servicios petroleros Halliburton y Baker Hughes valorada en 34.600 millones.
La adquisición de BG por parte de Shell sería la más grande del sector desde que Exxon y Mobil unieron fuerzas en 1998, según datos de Dealogic.
Exxon y Mobil
Esa megafusión de 82.000 millones, que creó la mayor energética mundial cotizada en bolsa, se produjo en medio de una oleada de consolidaciones entre los gigantes petroleros del mundo, de la que Shell se mantuvo al margen.
Queda por verse si la adquisición de BG por parte de Shell será el comienzo de una nueva ronda de gigantescas fusiones.
Las acciones de las compañías de petróleo y gas incluidas en el índice Stoxx Europe 600 subieron tras conocerse la noticia, pero las de Shell cedieron terreno, lo que sugiere que los inversores todavía tienen que convencerse del valor que tendría una nueva serie de acuerdos.
La última gran oleada de fusiones de empresas de gas y petróleo cambió el panorama de la industria a finales de la década de los 90 y principios del 2000, después de otro colapso del precio del crudo. Exxon compró Mobil, BP se fusionó con Amoco y ARCO, y Chevron Corp se unió a Texaco.
EFE