El rey saudí Salman ha asegurado este sábado que la operación militar para detener el avance de los hutíes y la influencia iraní en Yemen no se detendrá hasta lograr “una nación estable y segura”, un objetivo lejano cuando los bombardeos golpean por tercer día consecutivo el país y los líderes árabes se reúnen en la ciudad costera egipcia de Sharm el Sheij con el polvorín yemení y la creación de una fuerza militar árabe conjunta monopolizando la agenda.
La operación ‘Tormenta de la firmeza’ continuará hasta que los hutíes sean derrotados y la estabilidad del país restaurada”, ha señalado el monarca saudí en la sesión inaugural de la cumbre de la Liga Árabe, que hasta este domingo abordará las turbulencias de Oriente Próximo cuando Riad y Teherán batallan por la hegemonía regional con Yemen -el país más pobre del golfo Pérsico- como escenario. En el encuentro, los mandatarios árabes respaldarán al presidente yemení Abdo Rabu Mansur Hadi.
Precisamente Hadi, que abandonó el jueves la ciudad portuaria de Adén donde permanecía refugiado desde febrero y aterrizó ayer en Egipto, ha agradecido la implicación de los países vecinos para defender Yemen de “las fuerzas oscuras” que han minado la legitimidad popular y ha llamado a sus ciudadanos a resistir la embestida de los hutíes, el grupo rebelde chií oriundo del norte del país que controla desde septiembre Saná y ha protagonizado un rápido hacia el sur.
Sin embargo, los ataques aéreos de la operación árabe -integrada por Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Bahrein, Kuwait, Egipto, Jordania, Marruecos, Sudán y Pakistán- no han conseguido de momento congelar los progresos de los hutíes y sus aliados, los partidarios del ex presidente yemení Ali Abdalá Saleh, el verdadero urdidor del órdago contra Hadi.
Este viernes los milicianos chiíes ampliaron sus dominios en el sur y este del país tras capturar el puerto de Shaqra, a unos 100 kilómetros al este de Adén, lo que les permite controlar la mayoría de las rutas hacia la segunda ciudad del país. Explosiones han alcanzando este sábado el mayor depósito de armas de Adén, relataron testigos citados por Reuters.
En un intento de abortar el progreso, la aviación saudí ha atacado este sábado un convoy de combatientes hutíes en ruta hacia Adén. El empuje, no obstante, ha obligado a la marina saudí a evacuar a decenas de diplomáticos que permanecían en Adén.
La ONU, por su parte, ha iniciado la operación de reubicar a un centenar de sus funcionarios -radicados hasta ahora en Yemen- en países de la región. El enviado especial de Naciones Unidas para Yemen, Yamal Benomar, y más de 300 personas, entre funcionarios del organismo internacional, cooperantes, representantes de empresas internacionales y sus familias, abandonaron hoy el país árabe.
Una fuente de la ONU informó a Efe de que fueron evacuados en tres aviones, que despegaron del aeropuerto internacional de Saná, donde se encontraban desde hace unas horas.
Durante su discurso en la cumbre árabe, el secretario general de la ONU Ban ki-moon ha vuelto a “condenar los intentos de los hutíes y el ex presidente Saleh de socavar los acuerdos políticos a través de la fuerza militar” y ha recalcado que “las negociaciones siguen siendo la única vía para evitar un conflicto largo e interminable”. “Tengo la esperanza de que en esta cumbre sus líderes establezcan directrices claras para resolver pacíficamente la crisis en Yemen”, ha apostillado.
Este viernes el ex presidente yemení, que ha dominado la política del país desde hace décadas, anunció una “iniciativa de paz” e instó al cese de los bombardeos de la coalición árabe y de las operaciones de los hutíes y abogó por regresar a las conversaciones auspiciadas por la ONU. Pero su llamada parece condenada al fracaso.
Con el alarmante escenario de una posible intervención terrestre, la conferencia que se celebra a orillas del mar Rojo presentará en sociedad la creación de una fuerza militar árabe conjunta acordada esta semana por los ministros de Exteriores árabes. La iniciativa, abanderada por el presidente egipcio Abdelfatah al Sisi, es formar un contingente de intervención rápida en aquellos países de la región donde existan desafíos de seguridad. El Cairo pergeñó el mecanismo cuando a mediados de febrero su aviación bombardeó posiciones del autodenominado Estado Islámico en la vecina Libia.
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