Petróleos de Venezuela (PDVSA) quedó bajo la lupa de las autoridades financieras estadounidenses, luego de que el departamento del Tesoro encontrara a la empresa estatal inmersa en una gran operación de lavado de dinero, dictamen que podría tener graves repercusiones en las futuras operaciones del principal pilar económico del país sudamericano.
Un pronunciamiento del Financial Crimes Enforcement Network (FinCEN), unidad antilavado de dinero del Departamento del Tesoro, reveló que la empresa estatal se encuentra inmersa en actividades delictivas tras lavar cerca de $2,000 millones a través de Banca Privada d’Andorra (BPA), una de las cinco entidades financieras que operan en la pequeña nación europea.
La red de lavado de PDVSA operaba a través de empresas fantasmas con la colaboración de un alto ejecutivo de BPA, a quien se le pagaban “exorbitantes” comisiones para procesar las operaciones con dinero “derivado de la corrupción”, dijo el FinCEN en un comunicado.
Además de dinero sucio proveniente de Venezuela, BPA también lavaba dinero de la mafia rusa y de una red criminal china que operaba en España, agregó el comunicado.
“Gerentes corruptos de alto rango del BPA y los débiles controles contra el lavado de dinero han convertido al BPA en un mecanismo de fácil uso para lavadores de dinero para canalizar los recursos del crimen organizado, la corrupción y del tráfico humano a través del sistema financiero de Estados Unidos”, declaró la directora del FinCEN, Jennifer Shasky Calvery, al hacer el anuncio.
El BPA tenía el perfil ideal para atraer a las organizaciones delictivas deseosas de lavar dinero, dijo en Miami Kenneth H. Thomas, asesor especializado en regulación bancaria.
“De cierta manera este era el banco perfecto. Es un privado banco pequeño, que operaba en un país pequeño que operaba en euros pero no forma parte de la Unión Europea, y no estaba sometido a las rigurosas regulaciones de la UE”, comentó.
Aun cuando el dictamen se centra en las operaciones del BPA, el pronunciamiento deja al descubierto de que altos funcionarios del régimen de Nicolás Maduro han estado utilizando a PDVSA para lavar fondos derivados de la corrupción y de otras actividades ilícitas.
Personas cercanas a la situación dijeron a El Nuevo Herald que las operaciones de lavado no han pasado desapercibidas para los organismos de seguridad de Estados Unidos y que varios de ellos están investigando la posibilidad de que PDVSA esté siendo utilizada para blanquear fondos del narcotráfico y del terrorismo.
Joseph Humire, director ejecutivo del instituto de investigaciones Center for a Secure Free Society (SFS), dijo que PDVSA se ha convertido en una pieza muy importante de la red establecida por Irán y el Hezbolá para legitimar sus fondos.
“Esto está comprobado. Se han detectado ciertas cuentas binacionales, entre Irán y Venezuela, vinculadas con contratos energéticos, que han estado siendo usadas para este fin”, dijo Humire, quien describió el fenómeno en el libro Reconceptualizing Security in the Americas in the Twenty-First Century, en el que participó junto con más de una docena de expertos.
“Todos esas cuentas eran para manejar recursos ilícitos o sancionados de Irán”, enfatizó.
El que PDVSA haya sido señalada por el FinCEN y esté siendo investigada por operaciones de lavado de dinero constituye un gran riesgo para las futuras operaciones de la empresa estatal ya que podría desmotivar a otras instituciones bancarias a sostener relaciones comerciales con ella.
Es un señalamiento que de la noche a la mañana puede convertir al ente identificado como lavador de dinero en un ente radioactivo dentro de la comunidad financiera internacional, explicó el ex fiscal federal de Estados Unidos Charles A. Intriago, fundador de la revista Money Laundering Alert.
“De ahora en adelante todas las cuentas de PDVSA van a ser escudriñadas con mucho cuidado. Ha habido ejemplos donde una notificación como ésta a ciertos bancos han conducido en el colapso del banco”, advirtió Intriago.
Y los bancos que operan con PDVSA van a querer evitar este tipo de riesgo a todo lugar, señaló.
“La reputación de una institución financiera es el activo más valioso que tienen y eso va a llevar a muchos bancos que puedan tener cuentas de PDVSA o cuentas de funcionarios de Venezuela a incrementar los reportes de operaciones sospechosas”, señaló.
Una situación así pondría a PDVSA en graves aprietos ya que el mercado petrolero internacional opera en dólares y todas las transacciones pasan en algún momento por el sistema financiero estadounidense, advirtió Antonio De La Cruz, presidente de la firma de asesores Inter American Trends.
“Un pronunciamiento como esto puede incluso llevar al Tesoro a bloquear las operaciones en dólares de la empresa, lo que sería el equivalente de dejar a la empresa fuera del sistema financiero internacional, que se maneja en dólares”, dijo De La Cruz.
“Eso tiene el potencial de paralizar casi la totalidad de las operaciones de la empresa”, señaló.
Según el pronunciamiento del FinCEN distribuido a lo largo del sistema financiero internacional, el sistema de lavado de dinero de PDVSA mantenía una relación muy estrecha con altos funcionarios del régimen de Maduro, agentes que viven en Panamá y un abogado de Andorra, así como compañías fantasmas establecidas en el país centroamericano.
La red de lavado de dinero operaba cientos de compañías fantasmas involucradas en una amplia gama de negocios.
“La red estaba bien conectada con funcionarios del gobierno venezolano y utilizaba diferentes métodos para mover los fondos, incluyendo contratos falsos, préstamos con documentación forjada, subfacturación de los precios de las mercancías y otras prácticas de lavado vinculadas con el lavado”, señaló el pronunciamiento.
El monto lavado a través de estas operaciones suma $2,000 millones, pero el monto total de fondos venezolanos lavados por el BPA con el correr del tiempo supera los $4,200 millones, reportó el documento.
elnuevoherald.com