Los miembros de la OPEP no cierran el grifo de la producción de petróleo, como tampoco levantan mucho el pie del acelerador los de fracking en Estados Unidos. Eso provoca que en el mercado esté entrando más crudo del que se consume, lo que dispara los inventarios. Hasta tal punto, de que la Agencia Internacional de la Energía advierte en su informe mensual que se está cerca del tope de la capacidad de almacenamiento. El Departamento de Energía de EE UU propuso, por su parte, comprar cinco millones de barriles para las Reservas Estratégicas.
El mayor complejo en tierra para almacenar petróleo, situado en Cushing (Oklahoma), está lleno ya al 70%. Goldman Sachs anticipaba esta misma semana que el límite de la capacidad podría alcanzarse tan pronto como en junio, porque el incremento que se espera en la demanda no va a ser suficiente para absorber todo el petróleo que sale de los pozos. “Eso, inevitablemente, llevará a una nueva reducción de los precios”, augura la AIE.
Es más, la agencia con sede en París advertía esta mañana de que la estabilización de precios vista en las últimas semanas puede ser más bien una apariencia en el corto plazo. Se está viendo ya en el mercado de Nueva York, con el West Texas cerrando la semana en los 45 dólares el barril tras caer un 4,7% en la sesión y un 9,6% desde el lunes. El lunes llegó a superar los 50 dólares, con lo que se situó a medio camino de lo que se pagaba en junio de 2014.
También en tendencia a la baja está el Brent europeo, cuando parecía que había logrado recuperar los 60 dólares. A media jornada en estaba en los 56 dólares. La AIE señala que la repuesta de los productores de EE UU a la caída de precios está tardando en llegar, pero advierte de que si se rebasa la capacidad de almacenamiento, el efecto en el suministro podría ser “abrupto”.
EE UU está produciendo más de nueve millones de barriles de petróleo diarios. Es un ritmo que no se veía desde 1972 y sucede incluso con las petroleras cerrando los pozos menos rentables para conservar efectivo. Los inventarios, entretanto, están al nivel más alto de las últimas ocho décadas, de acuerdo con los análisis de Bloomberg.
Presión a la Casa Blanca
El exceso de almacenamiento no solo asusta a los analistas de Wall Street. Los ejecutivos de las petroleras, como Harold Hamm de Continental Resources, Rex Tillerson de Exxon Mobil o Ryan Lance de ConocoPhillips, lo utilizan como argumento para pedir al presidente Barack Obama que firme cuanto antes una orden ejecutiva para levantar la prohibición que les impide exportar el crudo a las refinerías en Europa o Asia.
Es una medida que se impuso hace cuatro décadas, a raíz del embargo a los países árabes en 1973. El secretario de Energía, Ernest Moniz, ya dijo en público que esta restricción es anticuada mientras del Departamento de Comercio empiezan a relajar las medidas para algunos productos. A las que no se aplica la prohibición es a las refineras, que ya están exportando cifras récord de gasolina.
La mayoría de los analistas coinciden en que el suelo razonable para el precio del barril de petróleo que se produce en EE UU estaría en los 44 dólares, siempre y cuando el dólar logre estabilizarse en los niveles actuales. El fuerte repunte de la divisa estadounidense explica, de hecho, que el barril de crudo que se negocia en Europa se cambie diez dólares por encima que el West Texas.
Es un nivel mínimo que ya se tanteó antes. Lo que esperan en Wall Street es que durante los próximos dos haga fondo. Pero Goldman Sachs anticipa que podría ir también hacia los 30 dólares si se rebasa el techo de almacenamiento. En cualquier caso, también hay factores que pueden jugar al alza, como la inestabilidad en Venezuela y Libia o un repunte de la demanda en Europa.