Obama regula aún más el ‘fracking’ estadounidense

El fracking ha convertido a Estados Unidos en el mayor productor mundial de gas y petróleo. Sin embargo, los últimos meses han sido especialmente duros para este sector. Al desplome de los precios del crudo, el esquisto debe sumar ahora las nuevas medidas impuestas por el Gobierno de Barack Obama para reducir los riesgos de contaminación que produce esta actividad.

El ejecutivo estadounidense no ha ignorado las voces que, desde hace tiempo, alertan sobre los riesgos para el medio ambiente y la salud que conlleva la extracción de hidrocarburos a través del fracking. Por eso, el departamento de Interior ha decidido implementar una serie de requisitos que ayuden a paliar los peligros. A partir de ahora, las compañías que deseen desarrollar actividades de fracturación hidráulica deberán enviar información detallada a la Oficina de Manejo de la Tierra (BLM, por siglas en inglés), especificando la operación, el lugar exacto donde se realizará la fractura o la perforación, la profundidad a la que se encuentra el agua y la cantidad estimada de volumen de fluido que va a usarse, así como los aditivos químicos que se inyectarán en la roca.

Estas medidas sólo afectarán a los terrenos bajo dominio federal (un cuarto del territorio actual) donde se encuentran cerca de 100.000 pozos o perforaciones. De ellos, un 90 por ciento utiliza alguna técnica de fracking. Según datos del departamento de Interior, las medidas afectarán al 11 por ciento de la perforación de gas y el 5 por ciento de la extracción de petróleo.

El nuevo reglamento ha provocado críticas por parte de empresas petroleras y de gas natural que creen que la regulación la deberían realizar los estados de forma independiente. Algunos de ellos ya contaban con normas propias y otros lo hacían a través de la normativa del Gobierno central, que no se había modificado en los últimos 30 años.

Las compañías temen, además, que las nuevas medidas contribuyan a incrementar los costes de producción. Aunque en los últimos meses se ha desvanecido la idea de que el shale se frenaría a niveles inferiores a los 80 dólares por barril, la mayoría de los analistas coinciden en afirmar que la técnica del fracking tiene escasos recursos positivos a niveles de 40 dólares, por lo que la caída de los precios que se registra desde junio ha tenido un importante impacto en esta industria. De hecho, los productores estadounidenses de esquisto están cada vez más preocupados por la brecha que se ha abierto entre los precios de crudo objeto de comercio internacional, ya que la diferencia entre el West Texas Intermediate y Brent se ha ampliado considerablemente desde enero.

Las grandes petroleras del sector han señalado en varias ocasiones que esta diferencia se deriva, en parte, de las restricciones que tiene el país en materia de exportaciones. “Estamos en una situación de desventaja competitiva”, ha declarado Ryan Lance, director ejecutivo de ConocoPhillips. “Si continúan las tendencias actuales y la prohibición de exportación no se levanta, la producción de petróleo de esquisto en Estados Unidos disminuirá considerablemente”, ha advertido Scott Sheffield, director ejecutivo de Pioneer Natural Resources.

Energia 16

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