Tal como lo vaticiné a mediados de febrero, la jugada de Arabia Saudita de bajar drásticamente el precio del petróleo en el mercado mundial en un esfuerzo para asegurar el mercado asiático a cuesta de Rusia e Irán por un lado y al mismo tiempo sabotear el fuerte crecimiento de la explotación de hidrocarburos atrapados por parte de Estados Unidos, iba a fallar.
Luego de la caída sin precedentes de los últimos meses del 2014 que vio el crudo WTI (West Texas Intermediate) precipitar de los de los $80 por barril ($PB) hasta el punto mínimo de $ 43 el 15 de marzo de este año, en el solo mes de abril el precio del petróleo registró un aumento de 11 $PB hasta cerrar el mes en 58.52 $PB. (Ver siguiente gráfico)
Contrario a las expectativas de un bando de expertos en materia, está resultando acertada la predicción del otro bando de expertos que prevén que los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) perderán el control del mercado mundial del crudo antes de lo previsto.
Esto se debe al boom Norteamericano de la explotación de crudo atrapado en yacimientos bajo estratos de esquisto o en cavidades o bolsas subterráneas previamente no alcanzables, que ha venido creciendo gracias a las continuas mejoras de la tecnología de recuperación.
Esto ha permitido a Washington reducir drásticamente su importación de hidrocarburos y más bien prepararse a la exportación junto al asegurarse el mercado mundial de esta nueva tecnología descubierta y desarrollada casi exclusivamente en los Estados Unidos.
En un reciente reporte que subraya este gran crecimiento Citibank advierte que “Arabia Saudita y los países de la OPEP corren el riesgo de ser aplastados.”
La guerra de los precios petroleros iniciada a finales del 2014 le está saliendo a Arabia Saudita como un tiro por la culata por varias razones:
- La demanda de crudo sigue aumentando porque China, una buena cantidad de países el Sur-Este Asiático, América Latina, Estados Unidos y Canadá y hasta algunos países europeos están registrando un crecimiento industrial.
- A pesar de la gran baja de sus entradas Rusia mantiene un ritmo de venta de hidrocarburos a un nivel aceptable gracias al envío de petróleo a China a través del gigantesco oleoducto ESPO (East Siberia-Pacific Ocean) y es optimista que los precios del crudo seguirán aumentando.
- Debido al inminente acuerdo de no proliferación nuclear con los Estados Unidos Irán podrá pronto volver a exportar su petróleo especialmente hacia Asia con particular énfasis en China.
- Los bajos precios petroleros han definitivamente llevado a las empresas Norteamericanas dedicadas a la explotación de hidrocarburos atrapados al borde del cierre de operaciones debido a las bajas ganancias por el alto costo de explotación. Pero sus esfuerzos están siendo premiados por haber aguantado la tormenta y gracias a la actual recuperación de los precios al punto que se están preparando a aumentar sus inversiones en este sector.
- La guerra de los precios ha obligado a Arabia Saudita sacrificar la bicoca de $ 37.000 millones de dólares en reserva monetaria y el Rey Salman está empezando a sentir la presión de sus súbditos y hasta de sus ministros los cuales quisieran volver a disfrutar plenamente de las entrada de los precios petroleros inalterados con los cuales contaban antes de la intervención de su país.
Finalmente existen las múltiples consideraciones políticas causadas por el enfrentamiento religioso con Irán que en este momento se concentra en el Yemen, estado fronterizo de Arabia Saudita, donde las diferentes sectas religiosas quieren asegurarse el poder y adueñarse del puerto de Adén y el estratégico estrecho de Bab al-Mandab que controla el tráfico marítimo en su mayor parte petrolero del Mar Rojo.
En este conflicto armado Arabia Saudita cuenta con el apoyo de algunos países árabes aliados pero por encima de todo depende de un fuerte apoyo militar de Estados Unidos que a la vez que mantiene alejadas las fuerzas navales de Irán mantiene en jaque a Teherán con la promesa de levantar el embargo económico que ha paralizado la exportación del petróleo Iraní.
En este complicado escenario, debido a la creciente influencia petrolera de Washington y a su acertada estrategia político-militar se le hace casi imposible a Arabia Saudita seguir liberando la guerra de los precios petroleros cuando, además de afectar a la expansión energética de los Estados Unidos los bajos precios están causando problemas económicos tanto en Moscú como en Teherán y el alto sacrificio económico está siendo cuestionado dentro del propio gobierno Saudita.