La presidenta de la República de Brasil, Dilma Rousseff, defendió este jueves durante la ceremonia de inauguración del navío petrolero “Marcílio Dias” el sistema actual de concesiones en la explotación y exploración compartida de petróleo de Brasil.
“Los dos modelos vigentes en Brasil deben ser, desde nuestro punto de vista, mantenidos”, explicó Rousseff durante la actividad celebrada en el astillero de Ipojuca del estado de Pernambuco, descartando las insinuaciones del ministro de Minas y Energía, Eduardo Braga, quien la semana pasada durante su visita a Houston (Estados Unidos) anticipó que para 2017 el sistema de concesiones actual, que reserva una participación mínima del 30% del yacimiento concedido, sufriría “una flexibilización bien calibrada”.
Rousseff no solamente defendió el sistema actual, sino que reivindicó la importancia de la industria petrolera y de Petrobras, compañía de carácter semiestatal, para la soberanía económica y energética de Brasil, al asegurar que “gracias a Dios tenemos Petrobras, una de las mayores conquistas del pueblo brasileño y una gran empresa con tecnología nacional”.
En cuanto a los escándalos de corrupción ocurridos en los últimos meses en la petrolera, Rousseff destacó que “Petrobras merece y la sociedad brasileña exige que acabemos con todos los procesos de corrupción”, de esta manera la presidenta quiso acallar a las voces de la oposición que han sugerido una paulatina privatización de la empresa como método para acabar con la corrupción.
En este sentido, en una entrevista reciente con Sputnik Mundo, el expresidente de la Central Única de los Trabajadores de Brasil (CUT) y actual presidente de la Confederación Sindical Internacional (CSI), João Antonio Felicio, afirmó que “el verdadero problema de Petrobras son los ataques coordinados de las élites imperialistas nacionales e internacionales”.
“La corrupción no es el principal problema de Petrobras, ya que es un mal endémico en el país presente en cualquier obra pública; en realidad son los intereses de las élites económicas nacionales y la corporaciones petrolíferas inglesas, holandesas y norteamericanas de hacerse con esos recursos”, señaló Felicio en una referencia velada a los intereses de Shell, BP y Exxon en el petróleo del presal, cuyas reservas se calculan en torno a los 80.000 millones de barriles de petróleo.
Cabe recordar que una encuesta lanzada el mes de marzo por el Instituto brasileño Datafolha, reveló que el 61% de los ciudadanos de Brasil se sitúa contra la nacionalización de la petrolera mientras que únicamente un 24% se declararon a favor, además demostró que a pesar de los intentos de los partidos de la oposición como el Partido de la Social Democracia de Brasil(PSDB) son una mayoría los ciudadanos que creen que la corrupción en Petrobras se remonta a los tiempos del expresidente, Fernando Henrique Cardoso.