El nuevo mercado global asegura una abundante oferta ante el auge de los yacimientos de esquisto de los Estados Unidos y la decisión de Arabia Saudita de defender la participación del país en la producción mundial.
Cuando los combatientes de Estado Islámico en Irak tomaron esta semana la ciudad de Ramadi, a apenas 129 kilómetros (80 millas) de la capital del segundo mayor productor de petróleo de Medio Oriente, los mercados de crudo se encogieron de hombros.
En lugar de los pronunciados aumentos que históricamente acompañaron a los disturbios geopolíticos, ese día los precios bajaron.
Por otra parte, Libia está a punto de desaparecer como estado y Arabia Saudita libra una guerra aérea contra rebeldes en el vecino Yemen. Una vez más, los mercados parecen por completo indiferentes.
La vieja certeza de que los precios del petróleo reaccionan con rapidez a la tensión geopolítica ya no parece ser válida. Es un cambio que refleja un nuevo mercado global donde el auge de los yacimientos de esquisto de los Estados Unidos y la decisión de Arabia Saudita de defender la participación del país en la producción mundial aseguran una abundante oferta.
“En el mundo hay mucho riesgo, pero no mucha prima de riesgo en lo que respecta al petróleo, lo cual es raro, a pesar de la tensión que reina en Medio Oriente”, dijo el historiador de la industria petrolera Daniel Yergin. “Se debe a que hay tanto petróleo, que se estima que, de haber una interrupción, pueden obtenerse reservas en otro lado”.
Si bien un acuerdo con Irán incorporaría aun más petróleo, dijo, “los acontecimientos en Medio Oriente podrían volver a introducir una prima de riesgo con gran rapidez”.
INTERRUPCIÓN DE LA DEMANDA
En realidad, la política afecta la oferta más de lo habitual. Si se computa a Irán, alrededor de 2.6 millones de barriles por día quedan fuera del mercado como consecuencia de conflictos y sanciones, más de cinco veces el promedio del período 2000-2010, según la Administración de Información sobre Energía de los Estados Unidos (EIA, por la sigla en inglés).
Mientras el gobierno iraquí se esforzaba por detener el avance de Estado Islámico, los futuros de petróleo negociados en Nueva York cayeron 4 por ciento en los dos primeros días de la semana, a alrededor de 57 dólares por barril, y se recuperaron los dos días siguientes.
Los futuros de petróleo declinaron 34 centavos el viernes, a 60.38 dólares por barril.
Si bien los precios han subido más de 10 por ciento este año, eso es ante todo resultado de una fuerte demanda, dicen analistas de petróleo.
A pesar del conflicto en Medio Oriente, la situación geopolítica no es tan peligrosa como parece, dijo en un informe Michael Wittner, jefe de análisis de petróleo de Société Générale SA en Nueva York y ex funcionario de la CIA. El impacto de la guerra en Yemen se exagera, dijo.
La posibilidad de un acuerdo nuclear con Irán en las próximas semanas es otra razón por la cual los operadores están relativamente tranquilos. La EIA considera que un acuerdo que flexibilice las sanciones podría eliminar 15 dólares por barril del precio del petróleo.
Bloomberg