Las exportaciones rusas de crudo subirían este año y más adelante, debido a una reducción en los volúmenes destinados a las refinerías locales ante una disminución de la capacidad de las mismas como parte de un proceso de modernización, dijo el ministro de Energía, Alexander Novak.
El funcionario dijo a Reuters que Rusia, uno de los mayores productores mundiales de crudo, mantendrá su bombeo en más de 10 millones de barriles por día (bdp), pese a algunas expectativas de que caiga por los bajos precios.
Novak afirmó además que continuará las consultas con la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Rusia se reunirá con funcionarios de la OPEP en junio en Viena para discutir el impacto de la producción de petróleo de esquisto en los mercados mundiales del crudo.
Arabia Saudita, peso pesado de la OPEP, ha dicho que quiere la cooperación de los productores fuera del grupo porque éste no recortará su bombeo unilateralmente para apuntalar los precios. Riad y otros productores del Golfo Pérsico sostienen que un petróleo bajo impulsaría la demanda de crudo y golpearía el auge del esquisto de Estados Unidos.
En la reunión del cártel en noviembre, el reino persuadió a sus socios a mantener el nivel de producción priorizando su participación de mercado frente al esquisto estadounidense, en lugar de apuntalar el valor del crudo.
Tras reunirse con varios ministros de la OPEP en noviembre, Rusia dijo que no reduciría su producción aún si los precios cayera a menos de 40 dólares por barril.
EXPORTACIONES SUBIRÁN
Hasta ahora, Rusia había estado reduciendo sus exportaciones de crudo para enviar la mayor parte de su producción de crudo a las refinerías, una medida que ofrece mejores márgenes que vender petróleo al mercado a los precios actuales.
Pero las exportaciones de crudo subirían hasta 3 millones de toneladas en 2015 y a 280 millones de toneladas anuales al 2035 desde los 224 millones de toneladas en 2014, dijo Novak.
Desde el 2000, la producción de las refinerías en Rusia ha crecido más de un 45 por ciento a 294 millones de toneladas anuales en 2014. Eso está a la par con el máximo alcanzado a mediados de la década de 1980 cuando el Ejército Rojo necesitaba combustible para su campaña en Afganistán.
En el marco de un programa de modernización, las refinerías rusas pasarán a producir menos productos de baja calidad como el fuel oil y más productos de alta calidad como el diésel y la gasolina, pero en menores volúmenes.
“La estrategia es reducir el procesamiento de las refinerías”, dijo Novak. “Eso es debido a un aumento en la producción de productos livianos bajo la modernización”, agregó.
El funcionario estimó una baja en la producción de productos derivados a 291 millones de toneladas en 2015 y a más de 280 millones de toneladas en 2035.
Novak dijo que Rusia espera exportar 31 millones de toneladas de crudo a China este año, un alza de 3 millones desde el 2014.
PRODUCCIÓN ESTABLE
En tanto, el funcionario estimó que la producción de crudo de su país se mantendrá este año entre 525 millones y 527 millones de toneladas (10,5 millones a 10,54 millones de bpd).
“No esperamos ningún recorte pese a los menores precios y algunos otros problemas”, dijo.
Rusia aún espera bombear de 505 a 525 millones de toneladas anualmente hasta el 2035, afirmó Novak, quien aseguró además que la caída de los precios del crudo era mitigada por el hecho de que los costos de gran parte de las petroleras estaban en rublos, que se depreciado.
Sin embargo, las firmas rusas del sector reducirán sus inversiones previstas en 10 a 15 por ciento, a la espera de que se recuperen los precios del crudo. Globalmente, inversiones por más de 1 billón de dólares fueron postergados debido al menor valor del crudo, según Novak.
El ministro dijo además que los precios del petróleo en torno a los 60 dólares por barril estaban “bien” para los negocios rusos, teniendo en cuenta la depreciación del rublo. Pero que 70 a 80 dólares sería “más justo”, afirmó.
Consideró además que para fines de año, los precios del crudo podrían subir a entre 65 y 70 dólares, por la reducción de las inversiones y la consiguiente caída en el suministro.
Reuters